Hace tiempo, los desechos no suponían un problema. Eran escasos y apreciados para construir o arreglar otros objetos. Los residuos orgánicos se utilizaban para alimentar animales domésticos o abonar la huerta. En los últimos años esto ha cambiado en los países “desarrollados”, convirtiéndose en un problema ambiental y social.
Es entonces cuando aparece el reciclaje como respuesta y con él, el reciclaje creativo.
Aunque popularmente siempre estuvo presente, fue en el siglo pasado cuando la “basura” traspasa los límites de lo doméstico y pasa a ser materia para el trabajo artesano. Mas tarde, de la mano de la artesanía, viene el diseño, utilizando materiales recuperados en la realización de pequeñas joyas o de grandes muebles.También entra en museos y galerías de arte a través de vanguardistas como Marcel Duchamp, Alexander Calder, Rauschenberg... En las últimas décadas aparecen personajes notables como Antonio Pérez, y su museo de objetos encontrados, Isidro Ferrer, con sus diseños, que muchas veces son observación y juego con desechos, o Antonio Catalano, creador de mundos... Nacen además colectivos de reciclaje creativo como Drapart o Basurama.
Resulta maravilloso desarrollar nuestra creatividad haciendo obras artísticas a la vez que le prestamos una mano al medio ambiente.
Debemos hacer un esfuerzo por concienciarnos sobre la importancia del reciclaje y la conservación del medio. Poco a poco podremos lograr un mundo mejor si nos esforzamos y adquirimos ciertos hábitos responsables. Si preservamos el medio ambiente se garantiza el bien estar de las personas y pueblos que habitan en la tierra.
"Un grano de arena no es nada, pero millones forman un desierto".
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